De entre todas, una en su camino. Le acompañó toda la vida.
En el teatro de la vida le tocó un papel secundario. Se conformó. No todos podían ser protagonistas. Lo importante era actuar.
¿Quién es el loco? ¿Yo por vivir para mi dulcinea? ¿o tú por morir para tu ego?
Era su rincón. La orilla donde lo grande se hacía pequeño y lo pequeño, importante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario